Es tan fácil rendirse, es muy sencillo dejar de hacer esfuerzo y relajarnos para hacer absolutamente nada, sé que no tiene ninguna recompensa, que rendirse solo retrasara o más bien capturar un alma que posiblemente puede brillar. el camino fácil no llevara a ningún lado, eso lo sé, pero a veces... aish para decir verdad todos los días una voz se instala en mi tímpano susurrándome que me rinda, que no me esfuerce, que espere lo mejor y que tarde o temprano todo se arreglara; pero al lado contrario en donde escucho esa voz, se posa un ser en mi hombro, se siente su presencia como por lo que me hace encorvar de dicho peso que siento, siento sus labios en mi oreja, su saliva se dispersa por mi oreja, su voz penetra lo más profundo de mi alma, y mis pupilas se dilatan cuando lo escucho hablar. incapaz de mirar de reojo e identificar aquel intruso que reposa en mí, no me atrevo, pero solo acepto lo que me dice.
me dice que todo va a mejorar, que tenga paciencia, que los procesos no son de un día para otro, que, aunque sienta que todos van a un ritmo más rápido y yo no, no significa que lo esté haciendo bien, es que hasta un bambú chino que puede tardar más de 5 años para que salga su primer retoño, pero después de eso en menos de 6 meses crece más de 20 metros. no se trata de crecer en menos de 5 meses más de 20 metros, la idea es nutrir esa semilla que cuando diga crecer, crecerá de una manera impensable, nadie se lo esperara.
Así como yo, que soy una semilla de bambú esperando su momento para crecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario